Tercera, y última entrada, dedicada a las principales especies que pueblan Karuchaqana. En esta ocasión se incluye una descripción de los wayrurongo y una escueta nota sobre los thamykachay. Seguirán a este capítulo una nueva serie de publicaciones centradas en Chakapuma, la muchas veces sagrada, urbe principal del archipielago.
De nuevo os agradeceré cualquier comentario o idea que tengais a bien aportar.
WAYRURONGO
Los wayrurongo
dejaron Karuchaqana en los días en los
que el mundo era joven sin embargo durante las últimas tres generaciones han alcanzado
las costas de Hurin y Hanan
algo más de una docena de expediciones lideradas por estas criaturas.
Constantes
y abnegados, extremadamente eficientes y organizados los wayrurongo han regresado a Karuchaqana es busca de un remedio capaz de salvar
su decadente mundo. Portan con ellos una fe nueva y la promesa de una vida
eterna para aquellos que la abracen.
Descripción.
Los
wayrurongo superan por norma general la vara y
media de estatura y pueden alcanzar las dos varas de forma excepcional. De
color ocre y negro, son bípedos y disponen de cuatro extremidades anteriores
terminadas en cuatro dedos. Por norma general son de constitución delgada
aunque algunas castas pueden ser robustas y corpulentas.
La
cabeza es grande y dispone de dos ojos compuestos proporcionados y de tres ojos
simples. Lucen igualmente cuatro alas posteriores de tamaño medio retráctiles
al dorso.
Al
igual que en el caso de los sikimira la mayoría
de los individuos son asexuados quedando la responsabilidad de la procreación
limitada a la reina y su harén de machos.
Visten
calzones y camisolas de algodón, lana, lino y otros tejidos tintados en diversos
colores. Calzan botas o sandalias y emplean de forma habitual accesorios de metal,
hueso o fibras vegetales. Su nivel tecnológico supera con creces al de
cualquiera de los pueblos de Karuchaqana pues
dominan el acero y han domesticado la pólvora.
El
número de wayrurongo que han arribado a Karuchaqana es todavía pequeño y la mayoría no
permanece en el archipiélago durante mucho tiempo. En Chakapuma
sin embargo hay una comunidad permanente que se organiza alrededor del templo
de la Promesa. Esto disgusta a los sacerdotes sikimira
que consideran que los herejes wayrurongo
mancillan la ciudad sagrada con su culto blasfemo pero los sermones que en el
templo se imparten reúnen a cada vez más pallaysu
y thamaykachay. La comunidad wayrurongo también emplea la ciudad sagrada como
puerto franco desde el que envía a Kovan, su
hogar, el tan deseado polvo dorado de Sisa del
que son adictos consumidores.
THAMAYKACHAY
Los otros, los errantes o los thamaykachay es el nombre que se da a la miríada de
especies que morán en Karuchaqana sirviendo como
esclavos, prosperando en las comunidades sikimira o
vagando por el archipiélago. Prácticamente no hay dos iguales y cada uno tiene
una historia diferente que contar.
Los
thamaykachay pueblan también las tierras más allá del mar y algunos han regresado a Karuchaqana en las naves
wayrurongo bien sea como individuos libres o como esclavos de estos.
Descripción.
Se
dice que no hay dos thamaykachay iguales y
aunque no es del todo cierto tampoco se aleja mucho de la verdad. De todos los
tamaños y formas, con capacidades y aptitudes de lo más diversas es posible
encontrar tantos tipos de thamaykachay como
estrellas tiene el firmamento.
Muchos
thamaykachay sirven como esclavos de los señores
sikimira en Chakapuma
pero también los hay que prosperan en libertad como artesanos o comerciantes.
Algunos han llegado a Karuchaqana desde Kovan junto a los wayrurongo.