
Pese a todo nada fue como el escritor lo diseñó, algo por
otra parte bastante común. Los personajes suelen ser menos cándidos de lo que
se les supone en los módulos oficiales de Star Wars y mis jugadores llevan muchos
tiros de blaster dados como para dejarse engañar o confiar en nadie. En general
tras varias horas de juego no me cabe duda de que se sintieron coaccionados por
la rigidez de la trama pese a mis esfuerzos por moldearla a su alrededor. Las
secuencias resultan inalterables o difícilmente modificables. Algunos encuentros
son totalmente superfluos y de hecho obvié más de uno para agilizar la partida,
pero pese a todo no creo que sea un gran módulo a no ser que le dediques mucho tiempo
a prepararlo y trabajarlo para hacerlo más digerible.
El documento además está algo cojo en el apartado
gráfico. Proporciona unos planos muy interesantes de la cantina y Mos Eisley pero el resto son
muy pobres o inexistentes lo que me obligó a improvisar localizaciones de forma
constante.
Pese a todo ello la jornada tuvo sus buenos momentos y a
modo de anécdota, tras dar libertad a los jugadores para crear sus personajes,
nos encontramos con un grupo formado por un piloto humano, un droide, una
twi'lek, un mon calamari y un caza-recompensas. Seguramente los jugadores
tenían en mente otra imagen pero tras presentar a cada uno de los personajes alguien
apuntó que le recordaban a esto:
Inmediatamente hubo un pequeño retoque en los nombres y
Fri, Bonder, Lilak, el Dr Zoibarg y Zopp se encontraron en el puerto espacial de
Kwenn dispuestos a contactar con la agente Dana.