Historias del Concilio pretende dejar testimonio de casi treinta años de dados y rol.

En 1991 compré mi primer juego de rol. Fue El Señor de los Anillos, el juego de rol de la Tierra Media, traducido, publicado y distribuido en septiembre de 1989 por la editorial barcelonesa Joc Internacional. Era un libro de “tapa dura” con una ilustración de Angus McBride en la portada. Desde entonces y hasta hoy han pasado por mis manos literalmente docenas de manuales y entre mis amigos y yo hemos hecho rodar, literalmente, decenas de miles de dados de múltiples caras.

En 2011 hizo veinte años de nuestra primera partida y, puesto que ahora apenas si tenemos la oportunidad de quedar un par de veces al año, decidí embarcarme en el proyecto de rescatar algunas de las historias que durante este tiempo he compartido con ellos para, tras darles un formato digno, compartirlas con quien quiera leerlas. Me he propuesto publicar una aventura o módulo cada trimestre alternándolos con otras entradas sobre mi pasado, y escaso presente, como jugador y director de juego. Algunos de los módulos serán algo viejunos. Los hay bastante elaborados y otros muy sencillos. Más largos y completos o meras escenas, casi eventos para una partida rápida. Si alguien se reconoce en una de estas historias, gracias por haberlas jugado conmigo y bienvenido.

12 febrero 2013

Clásicos del Concilio - La Guerra del Fletán - Mutantes en la Sombra

Se ha dado en llamar Guerra del Fletán a una serie de incidentes entre Canadá y España por los derechos de pesca en los Grandes Bancos, la plataforma continental frente a Terranova y Labrador, justo fuera de la zona económica exclusiva canadiense en el Océano Atlántico Norte, que culminaron con la captura del buque español Estai el 9 de marzo de 1995 por la Armada de Canadá, después de que una patrullera canadiense disparara, ametrallando la proa del Estai, así como a otros barcos que acudieron en su ayuda, y procediendo al abordaje. España y la UE lo consideraron un acto de piratería.
 
La reacción española fue el envío de un patrullero de altura de la Clase Serviola Vigia (P-73) perteneciente a la Armada Española para proteger sus intereses pesqueros en la zona.
 
Estos son los hechos tal y como se trasladaron a la opinión pública. La verdadera historia de lo acontecido en el Estai permanece oculta para la gran mayoría de la población.
 
La naviera propietaria del Estai llevaba años contratando los servicios de una filial de Prometheus que actuaba en Galicia a través de una sociedad pantalla interpuesta para ocultar su vinculación con la organización del profesor Kaufman. Esta filial de Prometheus proporcionaba a la naviera un equipo de mutantes que empleaban sus habilidades especiales para mejorar el rendimiento de las naves que faenaban en los Grandes Bancos. En concreto los mutantes, que operaban desde el Estai, eran responsables de localizar y dirigir los bancos de peces hacia las redes de las naves propiedad del armador asegurando así una captura exitosa.
 
Esta información llegó al servicio M  británico a través de una filtración cuya fuente no pudo ser identificada y estos la trasladaron a su vez a sus homólogos canadienses que no dudaron en poner en marcha una operación para capturar a los mutantes embarcados en el Estai. Empleando como excusa el conflicto entre las diferentes normativas sobre los aparejos permitidos por Canada y la Unión Europea así como la proximidad de las naves gallegas a sus aguas territoriales el gobierno canadiense se movilizo para ocultar su verdadero objetivo. Una semana antes del abordaje, el 2 de marzo, el CCGS Cape Roger zarpó de Newfoundland con dos equipos de asalto del servicio M canadiense a bordo. Tras identificar acosar al Estai durante días finalmente lo abordaron el 9 de marzo capturando a la tripulación y a los cinco mutantes de Prometheus embarcados.
 
Sin apenas tiempo para reaccionar Heracles, el brazo armado de Prometheus, puso en marcha una operación de rescate. Era imprescindible recuperar a los tripulantes "sensibles" que viajaban a bordo del Estai antes de que este tocara tierra y estos pudieran ser desembarcados y perdidos para siempre.
 
Jugamos La Guerra del Fletán en otoño de 1995, cuando los recuerdos del conflicto estaban todavía presentes y frescos en nuestra memoria. Los personajes formaban un equipo de operaciones de Heracles en formación que se ve obligado a abandonar su campo de entrenamiento en la pequeña isla de Corvo, al oeste de las Azores, para improvisar una misión de rescate. Provistos de equipo limitado y con el tiempo jugando en su contra se trasladaron en un pequeño hidroavión hasta las proximidades del Estai y abordaron la nave el día 11 de marzo. Tres de los mutantes capturados por los servicios M canadienses fueron rescatados y retornaron a España, los otros dos perecieron durante la operación que resulto mucho más compleja y violenta de lo inicialmente previsto Devido a la fuerte resistencia que los comandos canadienses opusieron. El gobierno canadiense ocultó lo acontecido y los tripulantes civiles del Estai recibieron una gratificación especial a su regreso a Galicia a cambio de hacer lo propio.
 
La Guerra del Fletán introdujo la realidad y el presente en nuestra mesa transformándolos en una de las variables más a emplear en nuestros juegos. Obviamente Mutantes en la Sombra, por su ambientación, fue el reglamento que más se enriqueció con esta nueva faceta y en sucesivas sesiones los hombres de Heracles se vieron frente a frente entre otros con narcotraficantes gallegos y comandos de ETA.
 
Si dispusiera de tiempo para escribir con más continuidad y, sobre todo, de oportunidades para hacer pasar lo redactado por la picadora de los dados, Mutantes en la Sombra sería uno de los juegos que quisiera poder retomar.

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