Historias del Concilio pretende dejar testimonio de casi treinta años de dados y rol.

En 1991 compré mi primer juego de rol. Fue El Señor de los Anillos, el juego de rol de la Tierra Media, traducido, publicado y distribuido en septiembre de 1989 por la editorial barcelonesa Joc Internacional. Era un libro de “tapa dura” con una ilustración de Angus McBride en la portada. Desde entonces y hasta hoy han pasado por mis manos literalmente docenas de manuales y entre mis amigos y yo hemos hecho rodar, literalmente, decenas de miles de dados de múltiples caras.

En 2011 hizo veinte años de nuestra primera partida y, puesto que ahora apenas si tenemos la oportunidad de quedar un par de veces al año, decidí embarcarme en el proyecto de rescatar algunas de las historias que durante este tiempo he compartido con ellos para, tras darles un formato digno, compartirlas con quien quiera leerlas. Me he propuesto publicar una aventura o módulo cada trimestre alternándolos con otras entradas sobre mi pasado, y escaso presente, como jugador y director de juego. Algunos de los módulos serán algo viejunos. Los hay bastante elaborados y otros muy sencillos. Más largos y completos o meras escenas, casi eventos para una partida rápida. Si alguien se reconoce en una de estas historias, gracias por haberlas jugado conmigo y bienvenido.

01 abril 2013

El Ocaso del Indictor - Star Wars [D6]

He escrito El Ocaso del Indictor varias veces y con varios nombres. La primera vez que me puse a ello fue tras leer el módulo oficial Estrella Rendida. Nunca he sido un gran fan de los módulos oficiales de West End Games, excepto quizá de Cacería humana en Tatooine, pero tras leer Estrella Rendida decidí dos cosas: que no lo pondría en juego y que en esa historia de un grupo de personajes vagando por el interior de un Destructor Estelar en apuros había un argumento más que digno y que merecía ser aprovechado.
 
Como ya visteis en Vieja Guardia o Milicianos de Druwaith Iaur tengo cierta predilección por los textos que se desarrollan de forma paralela a las narraciones principales que han dado lugar a las ambientaciones. Esto se debe a que de esta forma los jugadores disponen de referentes inmediatos y es muy fácil hacer que se sientan involucrados y participes del argumento, incluso diría que importantes. Así pues ya desde mi primer intento con El Ocaso del Indictor trasladé al Destructor Estelar de Estrella Rendida a la Batalla de Endor y los rebeldes fugados pasaron a ser tripulantes de la maltrecha nave imperial pues otro de mis tics es emplear personajes jugadores del bando habitualmente considerado como menos virtuoso. El Indictor está a punto de ser destruido, acosado por la flota rebelde que ya ha acabado con la segunda Estrella de la Muerte, y sus tripulantes, entre ellos los personajes, deben hacer lo posible por salvar el pellejo.
 
Aquel primer intento lo planteé como un dungeon clásico. Tracé planos esquemáticos del interior del Indictor, con corredores y secuencias de salas y estancias cada una de las cuales situaba a los personajes ante un reto cuya complejidad crecía según avanzaban. Funcionó bastante bien. En el segundo intento añadí una trama sencilla al dungeon y el texto que os traigo hoy es el tercero que escribo sobre la misma idea. Tal y como he dicho la aventura gira alrededor de las dificultades que un grupo de tripulantes del Indictor deben acometer para sobrevivir a la catástrofe de Endor.
 
Tanto en El Ocaso del Indictor como en Viaja Guardia hay varias semillas de aventuras que alimentarán las secuelas El Rastro del Indictor I y II que publicaré en cuanto consiga darles un formato digno. Con esta ya son cuatro las aventuras para Star Wars [D6] disponibles en el blog sumándose a Comandante Kuntz, Traffic y Vieja Guardia. Como siempre agradeceré cualquier comentario, opinión o sugerencia. No considero estos textos como cerrados y siempre es posible añadir o corregir detalles si así resultan más interesantes.
 

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