Toda comunidad necesita alguien que le marque el
camino, un faro, un mentor. Los munanapsuwakuna ocupan ese lugar y se hacen
cargo de esa tarea. Los maestros de ceremonias organizan y pautan el día adía
de todas las sociedades desarrolladas y lo hacen porque son los más preparados,
los más dotados, los más capaces.
Los munanapsuwakuna conocen las necesidades de
aquellos que están a su cargo y es su tarea compatibilizar estas con las del
conjunto que forman.
Un munananpsuwa es capaz de ofrecerte lo que
necesitas sin que se lo pidas, porque él no es solo un individuo, es la
consciencia viva del colectivo y vive en muchos lugares a la vez, ve con muchos
ojos y sufre con muchos corazones.
LADRONES DE
VOLUNTAD
El término que
normalmente se emplea para hacer referencia a los munanapsuwakuna es el de
Guía, la verdad es que muchos los conocen por otro nombre: Los ladrones de
voluntad. Muy pocos son los premiados por los dioses con este poder. Solo entre
los sikimira, kumihin y wayrurongo es posible encontrar guías realmente
capaces, el resto de especies apenas han proporcionado a sus comunidades individuos
con dotes pobres y rudimentarias.
Es común que los
jóvenes en los que se adivina esta capacidad sean rápidamente apartados del
resto y formados a parte para convertirse en siervos de la comunidad,
sacerdotes o administradores, jueces y generales, todas ellas tareas en las que
su poder proporciona máximos beneficios.
El poder de los munanapsuwakuna es real y no necesita de
artilugios. Es temido y respetado por igual.
LEER EN TU OJOS,
HABLAR CON TU VOZ, SENTIR EN TU PIEL.
Los guías o
ladrones de voluntad pueden poner en práctica una serie de ardides que no están
al alcance de nadie más. Son temidos por ello y el castigo que imponen es peor
que el látigo o la fusta.
Sin embargo no
todos los son igual de hábiles o capaces y algunos ardides están al alcance de
solo un puñado de grandes maestros. Se conocen ocho ardides pero
es posible que otros estén todavía ocultos pues los ladrones de voluntad son
muy celosos a la hora de compartir información sobre sus verdaderas
capacidades. Los ardides conocidos son la Lectura Emocional, la Proyección Mental, la Lectura Mental, el Control Emocional, el Control de la Percepción, el Control de la Voluntad, el Robo de Esencia y el muy temido Castigo Mental.
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