Historias del Concilio pretende dejar testimonio de casi treinta años de dados y rol.

En 1991 compré mi primer juego de rol. Fue El Señor de los Anillos, el juego de rol de la Tierra Media, traducido, publicado y distribuido en septiembre de 1989 por la editorial barcelonesa Joc Internacional. Era un libro de “tapa dura” con una ilustración de Angus McBride en la portada. Desde entonces y hasta hoy han pasado por mis manos literalmente docenas de manuales y entre mis amigos y yo hemos hecho rodar, literalmente, decenas de miles de dados de múltiples caras.

En 2011 hizo veinte años de nuestra primera partida y, puesto que ahora apenas si tenemos la oportunidad de quedar un par de veces al año, decidí embarcarme en el proyecto de rescatar algunas de las historias que durante este tiempo he compartido con ellos para, tras darles un formato digno, compartirlas con quien quiera leerlas. Me he propuesto publicar una aventura o módulo cada trimestre alternándolos con otras entradas sobre mi pasado, y escaso presente, como jugador y director de juego. Algunos de los módulos serán algo viejunos. Los hay bastante elaborados y otros muy sencillos. Más largos y completos o meras escenas, casi eventos para una partida rápida. Si alguien se reconoce en una de estas historias, gracias por haberlas jugado conmigo y bienvenido.

19 octubre 2014

Hijos del Dios Sol - Cultos - El Mito de Inti - Parte II.

LA PRIMERA ESPOSA DEL SOL
Tal como narran el Mito de Inti los sacerdotes del culto de la Primera Esposa del Sol Wiraqocha creó para este una reina sikimira a la que el Dios Sol tomó como esposa. Esta primera esposa creada de la nada por Wiraqocha y tocada por la gracia de Inti es inmortal y una divinidad en sí misma.
 
La primera esposa engendró a su vez otras reinas que fueron tomadas por Inti como esposas y le dieron  nuevos hijos con los que poblar Entom. 
 
Las estrellas envidiosas tentaron a algunas de estas segundas y terceras esposas de Inti y las fecundaron dando lugar al resto de especies que pueblan Entom. Cuando Inti descubrió la traición, expulsó a todas sus esposas e hijos del paraíso de Gran Paitití, incluida a su primera esposa Warmi que cruzó el gran puente sobre el mar hasta Karuchaqana y se refugió en Qosqo.
 
La divinidad principal del culto de la Primera Esposa del Sol es por tanto Inti, el Dios Sol padre de los sikimira. Junto a este se venera a Warmi,  la Primera Esposa del Sol, madre de la civilización y diosa viviente. Además también tienen un lugar preeminente en el panteón Wiraqocha creador de Entom y Mama Khilla, la diosa luna, hermana de Inti, que se apiada de los hijos de aquel cuando el sol les da la espalda.
 
Una pléyade de dioses menores completa el panteón y reciben culto discreto similar al que pueden profesar otros fieles cuyos credos se fundamentan en el Mito de Inti.
 
La Primera Esposa del Sol reside en el gran templo dorado de Qosqo en el cual son venerados tanto ella como Inti. Los creyentes se encomiendan a ambos para que les proporcionen protección y ayuda en sus empresas, realizan ofrendas y solicitan a los sacerdotes que realicen sacrificios y rituales en busca de su favor.
 
Repartidos por todo el imperio de los Hijos de la Primera Esposa del Sol hay centenares de otros templos dedicados a estas dos deidades que normalmente son adoradas conjuntamente.
 
Los fieles a la Primera Esposa del Sol consagran su vida a Warmi tratando de demostrar así a Inti que los hijos de la madre verdadera son todavía dignos de su amor. El objetivo último del culto es lograr el perdón del padre dorado para que este permita a la comunidad regresar al Gran Paitití.
 
Se exige pues a todos los fieles entrega total a la comunidad, humildad y fidelidad a los valores de sacrificio en pos del bien común y fidelidad fraternal. Los fieles suelen portar una figura con forma de sol con ellos que es más elaborada y valiosa cuanto más relevante es su posición social.
 
La recompensa que un fiel obtiene es el favor de la reina y el progreso de su comunidad.
 
Una intrincada estructura sacerdotal liderada por el sumo sacerdote controla el culto a la Primera Esposa del Sol. El clero tiene una triple función. Por una parte se encarga de la organización de los rituales, plegarias y sacrificios así como de toda la vida religiosa y espiritual de la comunidad y los cuidados de la Primera Esposa del Sol. 
 
Por otra parte administra los bienes de Inti, sus tierras y  aquello que estas producen lo que les otorga una importante influencia en la economía del imperio.
 
Por último una rama del clero, conocida como Apupanaka, se encarga de asegurar la pervivencia de la especie. Los Apupanaka guardan celosamente las estancias de las reinas en las que las hijas de la Primera Esposa del Sol ponen los huevos de los futuros miembros de la comunidad, son los custodios de la pureza de la especie y recorren el imperio, e incluso los territorios más allá de este, asegurándose de que la estirpe de Warmi no se mezcla con seres menores a la vez que purgan Karuchaqana de indeseables hijos de la corrupción.
 
Los miembros del clero deben ser un ejemplo de virtud y entrega. Son los guardianes de la verdadera madre de la civilización y de la llama de la vida. Los sacerdotes son educados desde su nacimiento para realizar esta labor y su fanatismo está fuera de toda duda.
 
Los fieles de la Primera Esposa del Sol consideran al resto de sikimira como traidores a la madre primigenia y muestran poco o ningún respeto por ellos.
 
Su actitud hacía el resto de especies es todavía más desdeñosa pues ellos son los hijos de las promiscuas esposas que traicionaron a Inti. Son el motivo de que fueran expulsados del Gran Paitití y no merecen más que desgracias y sufrimiento.
 
LOS TRES SOLES
El culto de los Tres Soles es uno de los más antiguos de Karuchaqana. El Mito de Inti forma la base del credo de sus fieles pero en su interpretación del mismo una vez Wiraqocha creó Entom fue Pachakamaq, el primer sol, el que creo a todas las especies para su divertimento. Las reinas creadas por Pachakamaq vivían una vida de sufrimiento sin fin y oraban a diario para que este se apiadara de ellas y las protegiera.  Pero Pachakamaq no respondió a sus plegarias y fue Inti, el segundo sol, el que descendió del cielo para ofrecerles amor. Inti desposó a las reinas y pobló Entom con sus hijos.
 
Cuando Pachakamaq lo descubrió expulsó a Inti de Entom y dio muerte a cuantos hijos de este encontró a su paso, destruyendo también el paraíso de Gran Paitití y los puentes sobre el mar que el segundo sol construyera. Toda la vida sobre Entom hubiera fenecido ese día producto de la ira de Pachakamaq si Vichama, el tercer sol, no hubiera aparecido para detenerle.
 
Pachakamaq sabedor de que no era suficientemente fuerte para vencer a Vichama se lanzó al mar y se ocultó en las profundidades de este esperando una nueva oportunidad para completar su tarea de destrucción.
 
Pachakamaq, el primer sol, es venerado como creador de la vida. Es igualmente temido pues su ira es proverbial, es él el que desde las profundidades del mar escupe fuego a través de la boca de los volcanes o hace temblar la tierra.
 
Inti, el segundo sol, es el padre, el benefactor que acudió en ayuda de las primeras reinas y construyó el paraíso de Gran Paitití. Es el él que ofrece calor durante el día y hace crecer las cosechas. 
 
Vichama, el tercer sol, se enfrentó a Pachakamaq cuando todo parecía perdido y vengo la muerte y destrucción que aquel había sembrado sobre Entom. Vichama representa el coraje y la fuerza de voluntad y su llama arde en el interior de todos los seres de Entom.
 
Además de los Tres Soles una miríada de otras deidades menores pueblan el panteón de este credo entre los que destacan el omnipresente Wiraqocha y toda una serie de deidades asociadas a estrellas o constelaciones y a las que se atribuye influencia sobre diferentes aspectos de la vida mundana.
 
Cada uno de los Tres Soles, al igual que el resto de deidades menores, es venerado en sus propios templos en los que se realizan los rituales y sacrificios que el dios exige. Los fieles acuden a estos en busca de confort, ayuda o simplemente para asegurarse cierta protección ante la ira de estos.
 
El culto de cada deidad es independiente y los fieles deben satisfacerlas a todas por igual para lograr su bendición. Se considera que cualquier mal o desgracia que caiga sobre un creyente se debe a una falta de atención de este a sus obligaciones para con alguna de las deidades.
 
Cada uno de los templos es regentado por una comunidad sacerdotal independiente cuyo objetivo es servir al dios al cual se han consagrado. Incluso los diferentes templos dedicados a una misma deidad compiten entre ellos para atraer más fieles y ofrendas.
 
Los templos con más poder son aquellos dedicados a Inti y Pachakamaq en las urbes de mayor población. Al primero se le ora con la intención de lograr su favor, al segundo para evitar su ira.
 
Los templos dedicados a Vichama suelen ser menores y más sencillos pues se le considera un dios austero. Sin embargo Vichama es al sol al que se solicita ayuda en las situaciones de riesgo o peligro pues él es el que proporciona el valor para superar las adversidades.
 
El clero no participa directamente de la administración si bien los sacerdotes de los grandes templos administran un volumen de ofrendas tal que les ofrece cierta influencia.
 
El culto de los Tres Soles es practicado por diferentes comunidades e incluso diferentes especies, eso le confiere una cierta flexibilidad y tolerancia a las singularidades de cada una de estas. Tal actitud también predispone a los fieles para aceptar con mayor facilidad la existencia de otras creencias y religiones, especialmente si estas tienen como base una interpretación próxima del Mito de Inti.

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